Sin hablar de partidos ni tendencias, tengo que señalar un cambio (o quizás una percepción de cambio), mientras éste pasado domingo seguía la jornada electoral griega vía twitter me "sorprendió" poder ser espectador televisivo de un seguimiento de las mismas en prime time. Y al día siguiente resulta que fue el programa más visto del domingo. Algo ha cambiado, ya parece claro que existe una conciencia, que interesan, las elecciones en los países europeos, y que estas "nos afectan" a los distintos miembros del euro de una manera u otra.
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| Si, aún niegan que hubo rescate |
ACTUALIZADO MAYO 2016: En la plaza Syntagma continúan las protestas a las medidas antiausteridad, esas políticas de recortes y subidas de impuestos aprobadas por el gobierno de Tsipras. Convulsa, Intensa hasta quebrar ideologías, radicalizada, empobrecida, así lleva siendo demasiado tiempo la vida de los Griegos. El exministro de finanzas griegas publica un libro titulado "Y los débiles sufrirán lo que deben" que repasa varios momentos de su vida, en especial hace referencias a ésta etapa de la última crisis griega:
Ausencia de debate
A mí, que procedo del mundo académico, donde el debate y el razonamiento son la norma, me sorprendió vivamente que la norma del estamento ejecutivo más importante de Europa fuera precisamente la ausencia de cualquier tipo de debate significativo. Y, por si eso no fuera suficientemente malo, había algo peor y más doloroso: que la ausencia de debate se consideraba natural; una virtud de facto que los recién llegados como yo debíamos adoptar, salvo que quisiéramos sufrir las consecuencias de lo contrario.
Comunicados concertados de antemano, votos prefabricados y una firme coalición de ministros de Economía y Finanzas que ejercía de guardia de Schäuble y que era refractaria a todo debate racional. Esa era la orden del día y, más frecuentemente, de las interminables noches. En ningún momento, durante ninguna de las conversaciones sobre políticas económicas que se debían ejecutar en mi país, tuve la sensación de que mis interlocutores tuvieran ningún interés por la recuperación económica de Grecia.
Y es que ya ha llovido mucho desde que La troika- que esperaba que el referéndum fuese la muerte política de Alexis Tsipras- vio como Syriza ganó la consulta con mucho más margen del esperado, adquiriendo toda legitimidad para aguantar el pulso frente a ella. Porque lo peor no es que se apruebe una quita a Grecia: es que eso lo hubiera conseguido Syriza. Y diera mal ejemplo.
Aconsejo leer la entrevista al experto independiente de la ONU sobre el impacto de la deuda en los derechos humanos: Juan Pablo Boholavsky.
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