Quienes vaticinaban, proclamaban o anhelábamos el final del bipartidismo estamos de capa caída al ver que, mediante el gran feudo del PSOE que es Andalucía, se mantiene una de sus dos alas intacta -el ala derecha ha sido más castigada, entiendo sobre todo por el desgaste del gobierno- pese a los numerosos casos de corrupción que salpican a la administración andaluza. Parece que la jugada le ha salido bien a Susana Díaz, pero hay multitud de lecturas posibles:
La potente irrupción de dos partidos nuevos ha supuesto un castigo para PP y para IU, entre ambos suman una pérdida de 24 escaños, curiosamente los mismos que suman Podemos y Ciudadanos. no obstante la trazabilidad del voto no es para nada una "regla de tres" de tan fácil lectura que podamos decir que el transvase proviene de unos o de otros, eso se lo dejo a los entendidos. De cualquier modo, el PSOE andaluz pierde votantes aunque gracias a la ley electoral mantiene sus escaños, permitiéndose un gobierno en minoría obligado a llegar a acuerdos puntuales con otros partidos para legislar. Considero que ninguna mayoría es buena, por lo que me alegro de que deban llegar a acuerdos pues es su labor, representar a sus votantes y no a lobbys - ¿iluso yo?-.
El 24 de mayo tendremos elecciones municipales, donde podremos ver si avanzará esta recomposición del sistema político o nos quedaremos en esa alternancia heredera de Cánovas y Sagasta. Esta claro que la cifra de abstención será determinante.
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La potente irrupción de dos partidos nuevos ha supuesto un castigo para PP y para IU, entre ambos suman una pérdida de 24 escaños, curiosamente los mismos que suman Podemos y Ciudadanos. no obstante la trazabilidad del voto no es para nada una "regla de tres" de tan fácil lectura que podamos decir que el transvase proviene de unos o de otros, eso se lo dejo a los entendidos. De cualquier modo, el PSOE andaluz pierde votantes aunque gracias a la ley electoral mantiene sus escaños, permitiéndose un gobierno en minoría obligado a llegar a acuerdos puntuales con otros partidos para legislar. Considero que ninguna mayoría es buena, por lo que me alegro de que deban llegar a acuerdos pues es su labor, representar a sus votantes y no a lobbys - ¿iluso yo?-.
El 24 de mayo tendremos elecciones municipales, donde podremos ver si avanzará esta recomposición del sistema político o nos quedaremos en esa alternancia heredera de Cánovas y Sagasta. Esta claro que la cifra de abstención será determinante.